martes, 8 de septiembre de 2009

Como se fabrica un piano desde cero?

lunes, 24 de agosto de 2009

martes, 4 de agosto de 2009

Natasha Binder: un prodigio del piano

Tiene 8 años. Es bisnieta de antonio de Raco. Toda su familia se dedica a la música

Natasha Binder es el último eslabón de una dinastía pianística iniciada en Buenos Aires por sus bisabuelos, Antonio De Raco y Elizabeth Westerkamp e impulsada por la infatigable Lyl, hija mayor de ese matrimonio, madre y maestra de los notables Karin Lechner y Sergio Tiempo.
Natasha es hija de Karin. Tiene ocho años y un talento musical indiscutible. Toca el piano desde siempre y hace dos años, cuando tenía siete, ofreció un concierto con una orquesta londinense. Vino a Buenos Aires para presentarse en el Teatro Argentino de La Plata, en un concierto con orquesta que la epidemia de la gripe A obligó a cancelar. Sin embargo, contra viento y marea, Natasha se presenta hoy con un programa que recorre la historia del instrumento, en la platense Asociación de Amigos del Conservatorio Provincial Gilardo Gilardi.
Aunque no nació en Argentina, su perfecto dominio del castellano -en su variante porteña, con giros lunfardos incluidos- y su debilidad por el dulce de leche y los Havannets hacen olvidar que Natasha nació en Bruselas.
Las rutinas de Natasha no se diferencian de la de cualquier chico que va a la escuela jornada completa. "Vuelvo a casa, meriendo -porque allá el colegio es de doble jornada obligatoria así que tengo ocho horas de clase- y hago las tareas antes de sentarme a tocar", cuenta.
Sin embargo, la casa a la que regresa no podría definirse como un hogar convencional. "Tiene varios pisos, y en cada piso hay un piano", describe. Actualmente en la casa hay cinco piano y uno de ellos está en el sótano, equipado como un pequeño auditorio en el que los alumnos de Karin y Lyl toman clases y ofrecen recitales. Como si este estímulo no fuera suficiente, del otro lado de la medianera Natasha escucha sonar el piano de una vecina notable, Martha Argerich, amiga íntima de su abuela Lyl y entusiasta testigo de los progresos de la niña.

Practicás todos los días, ¿siempre con el mismo entusiasmo?
A veces no me dan tantas ganas de sentarme a estudiar. En realidad no es que no quiera tocar el piano sino que tengo ganas de hacer también alguna otra cosa. Pero no es que me dé pereza. Para mí tocar el piano es muy divertido.

¿Y qué son esas otras cosas que también te dan ganas de hacer?
Jugar, jugar a que soy otra persona o que soy un animal, también al ajedrez con mi abuela. Me gustaría jugar con mi tío Sergio pero para eso voy a tener que esperar unos años porque todavía no puedo ganarle. Y también, cuando está lindo el tiempo, me gusta salir con mi papá al parque, a jugar al frisbee.

¿Ni siquiera te abruma el trabajo con una obra nueva?
No... La última obra que armé fue un Impromptu de Schubert. Y sí, al principio siempre decís que es muy difícil, pero después las cosas empiezan a salir y cuando ya empezó a sonar te da ganas de saberlo cada vez mejor y ahí ya no podés dejarlo, querés más y más.

¿Te pone nerviosa el momento de tocar frente al público?
Al principio me ponía nerviosa. Cuando tenía tres años tenía que tocar el primer concierto de esos que organiza mi abuela con sus alumnos y no quise, dije que no quería y no toqué. Pero al año siguiente me dio ganas y la pasé muy bien tocando y después siempre quise, siempre me gustó. Ahora tocar frente al público es una fiesta y para mejor después de tocar viene la otra fiesta que es comer los sandwichitos.

¿Hay algún repertorio con el que te sentís más cómoda, algún compositor que te guste más?
Con cada uno de los compositores me siento cómoda por alguna razón. Por ejemplo, de Bach me gusta la técnica y con Mozart me hace sentir bien el ritmo.

¿Pensaste que te gustaría ser cuando seas grande?
Uff, muchísimas cosas: cantante, actriz, pianista, fotógrafa, estilista, neurocirujana, camarera, vendedora de pianos, vendedora de discos, abogada... Si me das 40 minutos más te digo la lista completa.-

sábado, 1 de agosto de 2009

Historia del Piano

HISTORIA DEL PIANO


El Piano es un instrumento musical que pertenece a la familia de las cuerdas percutidas, posee un teclado derivado del clavicémbalo y martillos y cuerdas derivados del dulcémele. Se diferencia de sus precesores por la utilización del sistema del martillo impulsado hacia las cuerdas por la tecla, lo cual permite al intérprete modificar el volumen mediante la pulsación fuerte o débil de los dedos. Debido a esto, el primer modelo del piano que fue en 1709 se denominó clavicémbalo col piano e forte ("clavicémbalo con suave y fuerte"). Su creador fue Bartolomeo Cristofori (1655-1731), fabricante de clavicémbalos florentino, al que se considera inventor del instrumento en 1698.

A partir de 1725, año en que el organero alemán Gottfried Silbermann, de Friburgo, adopta el sistema de Cristofori y construye dos pianofortes que somete a la consideración de Johann Sebastian Bach, los mayores avances se producen en Alemania. Quizá la contribución más importante fue la de Johann Andreas Stein, de Augsburgo, al que se considera inventor de un sistema de escape mejorado que sirvió para fundar la escuela vienesa de piano elogiada por Wolfgang Amadeus Mozart, que contó con el favor de la mayoría de los compositores alemanes de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Varios constructores de la Alemania central emigraron a Londres hacia 1760 y fundaron la escuela inglesa que, con John Broadwood y otros, empezó a trabajar para la producción de pianos más sólidos, cuya fama ha llegado hasta nuestros días. El francés Sébastien Érard fundó la escuela francesa en la década de 1790. En 1823 desarrolló el sistema de doble acción que todavía hoy es de uso general. En esta época, artesanos de muchos países europeos trabajaban para perfeccionar el instrumento. Se produjeron numerosas mejoras en el diseño y la construcción. Alemania y Estados Unidos han destacado en la fabricación de pianos, en especial la casa alemana fundada por Karl Bechstein y las estadounidenses Steinway, de Nueva York, y Chickering, de Boston. Los pianos de la fábrica austriaca Bösendorfer son también muy apreciados.

La extensión del piano primitivo era, como la del clavicémbalo, de cuatro o cinco octavas. De forma gradual se fue aumentando a más de siete. Para ello se realizaron cambios estructurales, como el incremento de la tensión de la cuerdas para producir ciertas notas. Existe un modelo de Bösendorfer que tiene un bajo extendido, gracias a lo que alcanza las ocho octavas.

Según la forma del mueble los pianos se clasifican en de cola, rectangular y vertical. El cuadrado o de mesa no es muy común. Para el uso doméstico se suele utilizar el vertical, mejor para estancias pequeñas. Los pianos de cola se construyen en varios tamaños, desde el gran cola de 2,69 m de largo, hasta el colín, de menos de 1,8 metros.

El mecanismo del piano es muy simple cuando la tecla del piano se pulsa, las palancas que hay en el otro extremo suben y elevan otra palanca que lanza un martillo contra las cuerdas de una determinada nota. Al mismo tiempo, un apagador se separa de esas cuerdas para que puedan vibrar.

El piano ha sido siempre un instrumento de virtuosos. Los compositores tocaban sus propias obras en los siglos XVIII y XIX, entre ellos Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwing van Beethoven, Frédéric Chopin y Franz Liszt. La pianista alemana Clara Schumann interpretaba las obras de su esposo Robert Schumann. El final del siglo XIX estuvo dominado por el compositor e intérprete ruso Anton Grigórievich Rubinstein. A principios del XX muchos instrumentistas viajaron por Europa Occidental y Estados Unidos. Destacan el polaco Ignacy Jan Paderewski y los polaco-estadounidenses Josef Hofmann y Arthur Rubinstein así como la venezolana María Teresa Carreño. En el periodo de entreguerras sobresale el compositor e intérprete ruso Serguéi Rajmáninov, el austriaco Artur Schnabel, la inglesa Myra Hess, el alemán Walter Gieseking, el español Ricardo Viñes y la brasileña Guiomar Novaes. Después de la II Guerra Mundial, en 1945, aparecieron pianistas soviéticos como Emil Gilels y Sviatoslav Richter. El chileno Claudio Arrau fue maestro en un amplio repertorio. Con ellos podemos citar al intérprete y pedagogo checo Rudolf Serkin, al virtuoso soviético Vladimir Horowitz y a la española Alicia de Larrocha. Otros pianistas destacables de esta época son el anglo-austriaco Alfred Brendel, causante de varias controversias estéticas por su enfoque musicológico, el canadiense Glenn Gould, que grabó con mucho éxito la obra de Bach, los estadounidenses Van Cliburn y Murray Perahia y el soviético Vladimir Ashkenazy.

sábado, 25 de julio de 2009

Descubiertas dos obras inéditas para piano de Mozart

retrato_mozart

Wolfgang A. Mozart las compuso a una edad temprana y la Fundación Mozarteum dará más detalles sobre ellas el próximo 2 de agosto.

Judith Belmonte Rivera

La Fundación Mozarteum de Salzburgo ha hecho público el importante descubrimiento de dos piezas para piano del compositor Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), hasta ahora desconocidas.

Según la Fundación, todo apunta a que este genio de la música habría compuesto las dos obras a una edad temprana, pero dará más información sobre este hallazgo el próximo 2 de agosto en una rueda de prensa que tendrá lugar en la Casa de Mozart en la ciudad austriaca de Salzburgo, en la que el compositor vivió.

Está previsto que ese día se den a conocer ambas piezas, que serán interpretadas por Florian Birsak en pianos originales del artista. Por su parte, ha sido el pianista Roberg D. Levin el encargado de componer el acompañamiento musical a la versión para piano.

Wolfgang Amadeus Mozart nació en Salzburgo en 1756 y fue considerado ya desde los 4 años de edad un genio de la música. Desde esa edad ya empezó a dar conciertos en casas de aristócratas y con 5 años comenzó a componer. Su obra cuenta con más de 600 piezas, entre ellas óperas como La flauta mágica o Las bodas de Fígaro, y hoy es uno de los compositores de música clásica más conocidos de todos los tiempos.

viernes, 10 de julio de 2009

5 consejos esenciales para la práctica del piano

1) Interés:
Evalúe el interés de su hijo. ¿Es algo que a él realmente le gusta? ¿O se trata de un sueño de usted? El niño deberá mostrar un interés genuino en la música y en el piano para que su proceso de aprendizaje sea placentero y exitoso. Si no hay un verdadero interés pregúntese por qué se está empeñando en eso. ¿Es por qué usted posee un deseo interior? ¡NUNCA es demasiado tarde para empezar! En tal caso, inscríbase usted en lecciones de piano. Yo tengo estudiantes de todas las edades – algunos de ellos comenzaron de niños pero luego abandonaron. A medida que fueron creciendo, se arrepintieron de haber dejado y prometieron retomar las clases algún día. Hay otros que siempre tuvieron el deseo pero no la oportunidad, y ahora que se han jubilado poseen suficiente tiempo disponible. ¡Algunos se han convertido incluso en virtuosos del piano! Le cuento estos adorables ejemplos para que no pierda las esperanzas: ¡Psssst, nunca es demasiado tarde! El estudiante solo debe estar genuinamente interesado.

Consejos para la práctica de piano.

2) Instrumento:
No hay problema con comenzar las lecciones de piano utilizando un teclado electrónico. A medida que pasa el tiempo, el estudiante sabrá en qué dirección quiere encauzar sus lecciones. Si la finalidad es simplemente el disfrute personal, entonces no habrá problema con seguir utilizando el teclado electrónico. Pero si la finalidad deseada es el entrenamiento para piano clásico, entonces el estudiante deberá cambiar a un piano acústico. Mi experiencia como profesor de piano me ha enseñado que las espinetas, salvo que se traten de un regalo, no deberían ser adquiridas. Sería preferible conseguir un piano vertical, que es como un “pequeño piano de cola”, solo que sus cuerdas están dispuestas horizontalmente. La razón de esto es que la acción sobre las teclas es técnicamente mucho mejor para la mano del estudiante y suena sustancialmente mejor al oído.

3) Profesor:
Realice averiguaciones, pregúntele a otras personas acerca de sus profesores. Averigüe los antecedentes del profesor: ¿Dónde aprendió? ¿Hace cuánto tiempo que enseña? ¿Dónde enseña? ¿Cómo son los alrededores del lugar donde enseña? Pregúntele a sus actuales estudiantes cuán paciente es el profesor y cómo se sienten ellos durante las clases. Va a tener una buena noción del profesor sabiendo cuánto progresan sus actuales alumnos. ¿Son compatibles la personalidad del profesor y la de su hijo? Recuerde, ¡es su decisión! En la escuela, los niños deben adaptarse al profesor que les ha sido asignado, y eso es algo bueno. Así aprenden a convivir con diferentes tipos de personalidades. Pero el piano es una actividad extra curricular, por lo que debería ser placentero, algo que el niño espere con ansias.

4) Planificación:
Los niños pueden verse sobrepasados por un exceso de actividades en su agenda. Como adultos, hemos experimentado la sobrecarga, y sabemos lo contraproducente que puede llegar a ser. Es altamente recomendable limitar las actividades para que el niño no se vea abrumado. Una vez que se hayan elegido las actividades, he descubierto con mis propios hijos y con mis alumnos que escribiendo una agenda diaria, todo se termina concretando, y no queda lugar para excusas en caso de que se olviden de practicar.

5) Dedicación:
Una vez que se ha dispuesto una agenda diaria, la práctica del piano se volverá una rutina. Después de un tiempo, el alumno no estará tan preocupado por el tiempo, sino que querrá alcanzar las metas dispuestas por el profesor. El estudiante necesitará dedicación para que su habilidad evolucione de lo mecánico a lo musical. Aliéntelo para que escuche un amplio rango de estilos y así logre desarrollar un gusto musical propio. En una etapa temprana, la dedicación del estudiante puede aumentar si participa en recitales, concursos de talentos, o servicios religiosos. Se requiere dedicación y asiduidad –y también cierto sacrificio- para lograr que el piano sea un hermoso arte.

martes, 7 de julio de 2009

Clases de piano

Memorizando sus lecciones de piano

La gente se ha estado debatiendo los pros y los contras de la técnica de memoria utilizada para aprender piano. Algunos de los maestros de esta técnica apuntan una larga lista de beneficios derivados de esta técnica. Su mayor argumento en defensa de esta técnica consiste en la idea de que el intérprete no necesitará un libro para aprender. Uno puede simplemente memorizar y tocar el instrumento. Otra ventaja citada por estas personas es que los intérpretes no necesitan ser distraídos por los libros, sino que pueden concentrarse solamente en los dedos. Esta atención centralizada ayuda a lograr un mejor desempeño. Además no se pierde tiempo en pasar las páginas del libro. Agréguele a esto el beneficio de poder tocar el piano en cualquier lugar, incluso si no tiene partituras a su alcance. Los beneficios se pueden extender al punto de que el intérprete podrá tocar el piano en la oscuridad o con los ojos cerrados.

Lecciones de piano

Aquellos que se oponen a esta técnica a la hora de aprender a tocar el piano aseguran que esta técnica es difícil para muchas personas. La gente con limitada capacidad de memorizar están en desventaja. Incluso si un estudiante es bueno en el piano, puede olvidar alguna parte de la lección mientras la interpreta, y esto puede tener un efecto negativo en sus capacidades para poder llegar a tocar el piano en un nivel profesional.

Mientras toma clases de piano, es importante saber qué cosas deben ser memorizadas. En otras palabras, qué piezas deben ser memorizadas para no arriesgar la interpretación. Uno debe escuchar bien para poder tener varios pedazos a memorizar. Además deberá intentar memorizar una pieza que haya estado practicando, y no al revés. Primero memorice y luego vuelva a memorizar los mismo.

Usted o su tutor deben poder analizar la pieza partiéndola en diferentes partes, identificando claramente las unidades rítmicas, melódicas y harmónicas por separado. Este análisis debe preceder obligatoriamente la memorización. Los expertos suelen ofrecer este consejo a los que toman lecciones de piano: la técnica de mediación verbal. Esta técnica emplea un simple procedimiento: el estudiante debe hablar de la lección mientras la práctica simultáneamente. El proceso de memorizar puede ser reforzado con ayuda de la memoria visual.